miércoles, 2 de mayo de 2012

1º de Mayo:Cadalso y después.



El 1° de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron una huelga mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro.
En Chicago las condiciones de los trabajadores eran mucho peor que en otras ciudades.
La fábrica de maquinaria agrícola McCormik era la única que trabajaba, pero  estaba en huelga desde el 16 de febrero porque querían descontar a los obreros una cantidad para la construcción de una iglesia.
El día 2 la policía violentamente trató de desconcentrar a unos 50.000 manifestantes cuando sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas.
Los concentrados se lanzaron sobre los ellos  iniciándose una pelea campal.
La  policía, sin aviso previo comenzó a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos.
Fischer, redactor del Arbeiter Zeitung, inmediatamente redacta en su periódico la siguiente proclama:
Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza! ¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria. Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo. Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!. Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden… ¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís! ¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!.
La proclama terminaba convocando a un acto de protesta para el día 4, a las cuatro de la tarde, en la plaza Haymarket.
Allí  se concentraron  más de 20.000 personas que fueron reprimidas por 180 uniformados.
Un explosivo estalló entre los policías produciendo un muerto y varios heridos.
La policía abrió fuego contra la multitud matando e hiriendo a un número desconocido de obreros.
Se declaró el estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía.
El 21 de junio de 1886, se inició la causa contra 31 responsables, que luego quedaron 8.
Durante el  juicio se fueron violando  todas las normas procesales. Los juzgados fueron declarados culpables. Tres de ellos fueron condenados a prisión y cinco a la horca: Fischer, Engel, Parsons, Spies y Lingg.
Relato de la ejecución
“…salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas plateadas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos… abajo la concurrencia sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro… plegaria es el rostro de Spies, firmeza el de Fischer, orgullo el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita que la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora… los encapuchan, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos cuelgan y se balancean en una danza espantable…”
José Marti (Corresponsal en Chicago de “La Nación” de Buenos Aires)
A partir de  entonces son los “Mártires de Chicago”, y se determinó que todos los 1 de mayo se celebre  el Día del Trabajador, ya que resultaría  imposible vivir dignamente y construir un país mejor si no se trabaja  día  a día   con responsabilidad, compromiso  y respeto.

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