martes, 12 de julio de 2016

DOCENTES FUEGUINOS CONCENTRARÁN FRENTE AL MINISTERIO DE TRABAJO DE NACIÓN.

Ademys acompaña la lucha de los trabajadores fueguinos. Difundimos convocatoria e invitamos a la docencia de la Ciudad a sumarse a la concentración que se realizará mañana martes 12/7 en el Ministerio de Trabajo.
Comunicado SUTEF - CTAA
DOCENTES FUEGUINOS CONCENTRARÁN FRENTE AL MINISTERIO DE TRABAJO DE NACIÓN
>Martes 12/7 - 15hs: Av. Leandro N. Alem 650
>Por apertura de paritaria suspendida en marzo
Con el acompañamiento de la CTA-A Nacional, el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, sindicatos docentes y agrupaciones políticas, se realizará un acto el día martes 12 de julio a las 15hs frente al Ministerio de Trabajo de Nación, Av. Alem 650. Previamente, a las 13hs una delegación de diputados nacionales y legisladores de la CABA se hará presente en el Ministerio de Educación para sumarse al pedido de los docentes, para luego dirigirse junto a los ellos a la concentración frente al Ministerio de Trabajo.
En Tierra del Fuego, no sólo la paritaria ha sido suspendida desde marzo sino que se ha implementado una rebaja salarial con el aumento de aportes previsionales y obra social, y un “aporte solidario” compulsivo. Por eso se han cumplido ya 134 días de paro.
La delegación de docentes fueguinos está desde hace una semana en Buenos Aires haciendo permanencia en el Ministerio de Educación. Se presentaron también en el Ministerio de Trabajo. Buscan abrir una instancia de diálogo con ambos ministros y solicitan la apertura de paritarias, el cese de la persecución y abrir un camino de solución al grave conflicto que atraviesa la provincia a partir de la aprobación del paquete de leyes de ajuste impulsado por la gobernadora Rosana Bertone con el respaldo del gobierno nacional.
Contacto: 
Verónica Andino (secretaria adjunta SUTEF) 02964-15-418792
Alejandro Gómez (secretario de organización SUTEF) 02901-15-541879

Los docentes no quieren evaluación.

Ademys dice NO a la “cultura de la evaluación”
Desde Ademys queremos expresar nuestra enorme preocupación ante las evaluaciones que se vienen tomando y se están proyectando para alumnos y alumnas de tercero y sexto grado en diferentes distritos de la ciudad. Según nos han informado, se trata de una iniciativa consensuada entre supervisores/as, que consiste en la utilización de un mismo instrumento evaluativo para todas las escuelas afectadas. 
Concretamente, en las últimas semanas se ha distribuido en un conjunto de escuelas primarias una evaluación de Matemática y Prácticas de Lenguaje. Su formato es estándar (igual para todas las escuelas) y se exige a las y los docentes su implementación. Decir estándar necesariamente quiere decir que se hace de manera descontextualizada. No se toma en cuenta qué temas o proyectos se venían trabajando en cada lugar, qué objetivos se había planteado el docente para este período (dentro de un plan anual), qué contenidos se abordaron y cuáles todavía no, qué características tiene cada escuela y cada grupo de alumnos. La llegada de esta evaluación, de hecho, ha sorprendido a muchos docentes, y se les pide sin previo aviso que interrumpan la implementación de su planificación anual para aplicarla. Los alumnos pasan así de ser sujetos de aprendizaje a objetos de evaluación. Además, se exige a los docentes la tabulación de los resultados que obtenga cada alumno/a en cada ítem, según “claves” de corrección preestablecidas. Tengamos en cuenta que en la evaluación de cada estudiante se exige que diga la escuela, el grado y sección.
Por todo lo dicho, y más allá de la intención explicitada por algunas supervisiones escolares, vemos muchas similitudes entre la presente evaluación externa (sin participación docente) y la estandarizada que hace años quieren imponernos desde el gobierno. 
Desde Ademys rechazamos este tipo de plan evaluativo que difiere de la evaluación de procesos de enseñanza- aprendizaje, que es lo que entendemos que realmente sirve para revisar nuestra práctica y la de nuestros estudiantes en pos de enriquecerla, de realizar los ajustes necesarios y también para poder valorar juntos/as todo lo realizado. 
Pero además de la modalidad evaluativa -estandarizada y externa- nos preocupa sobremanera que hasta el momento no exista en nuestras escuelas una respuesta clara a una pregunta fundamental: ¿para qué se está evaluando a nuestros alumnos? Concretamente, ¿qué esperan saber y con qué fines serán utilizados los resultados? 
Entendemos que las supervisiones tienen la posibilidad de realizar valiosos aportes (que en muchos casos realizan esforzadamente) en cuestiones pedagógicas: jornadas de trabajo reuniendo a los compañeros de cada distrito, promover capacitaciones en servicio, socializar materiales y experiencias de aula entre pares. Sin lugar a dudas, lo que será fructífero es, justamente, promover más espacios de intercambio y trabajo colaborativo, tan necesarios en nuestras escuelas atravesadas por la multiplicidad de problemáticas y el vaciamiento que ejerce el gobierno. Desde Ademys somos impulsores y defensores de dichos espacios, sin los cuales cualquier evaluación puede tornarse artificial. Como sindicato, propiciamos los ámbitos de elaboración, seguimiento de proyectos y evaluación entre pares; mecanismos que tomen en cuenta la participación de la docencia como protagonista y la realidad de cada escuela y cada distrito. Y por supuesto, con propósitos claros y previamente explicitados para todos los actores involucrados, entre otros, la fundamentación y los objetivos de lo que se hace. 
Para finalizar queremos plantear que más allá de las honestas intenciones que pensamos tienen muchas supervisiones, que consideran que este plan puede servir para mejorar la educación y oponerse a los dispositivos del Instituto Evaluador, entendemos que no hace más que preparar involuntariamente el camino, naturalizando esta modalidad evaluativa, para que el gobierno logre implementar lo que hace tantos años intenta y no ha podido por la resistencia docente: la evaluación estandarizada y externa para establecer un ranking de escuelas. Esto de la mano de la evaluación docente de carácter punitivo, que atenta contra la estabilidad laboral. Estos propósitos del gobierno traerían una serie de consecuencias nefastas, como lo demuestran las experiencias que se han realizado en países como Chile o México, entre otros. Hace años que desde nuestro sindicato venimos investigando seriamente este tema y hemos publicado diversos documentos al respecto. En junio presentamos un análisis frente a la creación del ente evaluador nacional, que convocamos a releer pues lo que entonces planteamos es el marco desde el cual rechazamos las evaluaciones que hoy están en marcha.
Por todo lo anterior, entendemos que como sindicato debemos señalar que pese a contar con el respaldo de muchos compañeros supervisores, el presente esquema de evaluación es errado, y (se perciba o no) comparte rasgos con la evaluación que el propio gobierno pretende impulsar. 
Rechazamos todo tipo de evaluación externa y estandarizada porque decimos:
No a la “cultura de la evaluación” que quiere imponer el macrismo.
Exigimos capacitaciones en servicio, creación de ámbitos sistemáticos de intercambio por ciclo, por escuela y por distrito, planificadas atendiendo a las necesidades reales de las escuelas.
Reformulación de la jornada laboral.
Mayor presupuesto para la educación pública.

El sueldo no alcanza, necesitamos la urgente reapertura de la mesa salarial.

Carta a los docentes y sindicatos de la Ciudad:

Durante el primer semestre de este año los y las docentes de la Ciudad hemos comprobado que el aumento salarial de principios de año está desvalorizado en relación al aumento de la inflación y del costo de vida. Una serie de medidas que ha implementado el gobierno a nivel nacional dejan en evidencia a favor de quiénes juega, y que nuestro salario no alcanza. La quita de retenciones a la minería y el agro, la devaluación de la moneda en un 50%, el re-endeudamiento externo, entre otras medidas que beneficiaron al gran empresariado local y extranjero, son la contracara del aumento brutal en las tarifas de transporte, luz, gas, agua y nafta, de los más de 200.000 despidos y suspensiones, el aumento de la inflación, la pérdida de poder adquisitivo, y el preocupante aumento de la cantidad de pobres e indigentes en nuestro país. Según el gobierno, teníamos que aguantar estos golpes por los primeros meses, luego todo mejoraría para los trabajadores y las trabajadoras. El adelanto del aguinaldo a los docentes porteños como un paliativo para que aguantemos un poco más, da fe de ello.
Pero parece que el segundo semestre ya llegó, hace rato. El mismo gobierno reconoció lo evidente y afirmó que las mejoras no llegarán pronto. Lo vivimos en carne propia con los sueldos que no alcanzan para lo esencial, como por ejemplo, hacer frente a los aumentos de precios en alimentos, medicamentos, alquileres, transporte o servicios como gas, agua y luz. El panorama no es alentador para el conjunto de los trabajadores y las trabajadoras. Se estima que la inflación irá en aumento, llegando a cerca del 40% a fin de año. El salario de los y las docentes está estancado en un 25% que ya vimos que no nos alcanza, y su composición contiene otros problemas; la primera cuota fue en negro en su totalidad, se agudiza el achatamiento de la escala salarial, el no aumento a partir de la hora 40 o el tercer cargo, se incrementan los descuentos por el impuesto al salario (ganancias). Ese acuerdo totalmente desfavorable para el conjunto de la docencia fue avalado por todos los sindicatos de la Ciudad, excepto por Ademys, haciendo oídos sordos a una importante cantidad de docentes de las bases que no se contentaban con esas migajas. La docencia no puede vivir con salarios promedio que apenas superan $300 diarios. Los sindicatos que aceptaron el actual acuerdo, ya sea con su aval explícito o con su pasividad y silencio, le deben explicaciones a los trabajadores.
En septiembre cobraremos la segunda cuota del acuerdo, pero tampoco alcanzará a cubrir la inflación que, según el propio gobierno en sus mediciones oficiales, no será inferior al 35-40 % anual. Es por ello que debemos exigirle al gobierno macrista de Larreta y la ministra Acuña la reapertura de paritarias, retomando el pliego que como Ademys presentamos en la Mesa Salarial de febrero: salario igual a la canasta familiar, no menos de 40% de aumento para todas las escalas y categorías, todas las sumas en blanco, en una sola cuota, retroactivo a enero, y la indexación mensual para enfrentar la inflación. Así como también debemos dar la batalla contra el avasallamiento en general sobre la escuela púbica que expresa la gestión de la actual ministra Soledad Acuña, que no es más que una continuidad con las políticas educativas de Bullrich, expresados en el aumento de la injerencia de ONGs privadas en nuestras escuelas, el impacto regresivo en derechos laborales a partir de la implementación de la NES, el aumento de la precarización laboral, la eliminación de las elecciones de Juntas de Clasificación Docente, la creación de un instituto evaluador externo y disciplinador sobre la docencia, los problemas edilicios, la falta de vacantes y de EOE, entre otros.Una mención especial merece la persecución a los que luchan, que se da a nivel nacional, y que en CABA cobra relieve en el sumario a nuestros compañeros de Primera Infancia por reclamar lo que corresponde.
Los docentes reclaman unidad, pero para la lucha
La situación actual da cuenta de la necesidad de organización del conjunto de la docencia, desde las escuelas y las calles, en defensa de nuestros derechos como trabajadores y trabajadoras de la educación y frente a la vulneración de derechos de los niños, niñas y adolescentes. Desde Ademys hemos sido consecuentes: rechazamos y enfrentamos desde un primer momento el actual acuerdo, y para demostrarlo convocamos a movilizaciones y a paros, entre otras medidas de lucha. Entendemos que para lograr ponerle freno a las actuales medidas ajuste, es preciso una gran movilización y medidas de fuerza unitarias. Pero la unidad que necesitamos, es la unidad para la lucha, una unidad en defensa de la educación pública, por nuestro salario y condiciones de trabajo y no la unidad para conformarnos con migajas que ofrece el ministerio y que muchas entidades aceptan mansamente. Convocamos de manera pública al conjunto de la docencia y al conjunto de los sindicatos a discutir un paro para frenar el ajuste en curso. Organicemos en nuestras escuelas y distritos asambleas para construir un plan de lucha entre todos y todas, en defensa de la educación pública.
Urgente reapertura de la mesa salarial para discutir el reajuste del salario  y Aumento salarial de Emergencia al 1 de Agosto.
Por un salario igual a la canasta familiar por un cargo.

viernes, 1 de julio de 2016

Facundo Moyano.




El diputado nacional del interbloque UNA Facundo Moyano renueva la presión por la modificación de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias en el Congreso en línea con reclamo que vienen ejerciendo las centrales sindicales para elevar los montos. En línea con las promesas de campaña de Sergio Massa y bajo la consigna del “Trabajo no es Ganancia”, Facundo Moyano lanzó hoy dos spot donde explica los principales puntos del nuevo proyecto de ley para modificar el Impuesto a las Ganancias que eleva el mínimo no imponible a $62.300 brutos.

A través de los spot Facundo Moyano señala que “hace años venimos insistiendo con la modificación del Impuesto a las Ganancias. Es hora de encontrar una solución”. Y remarca: “En este proyecto incorporamos una serie de modificaciones para proteger al trabajador y al mismo tiempo no desfinanciar al Estado. De esta manera, pretendemos lograr una estructura tributaria más justa y progresiva”.

El Frente Renovador de Sergio Massa apunta así contra el Gobierno Nacional expresando que “el Gobierno ya no tiene más excusas para seguir postergando una modificación de fondo de la cuarta categoría del Impuesto a las Ganancias. Resolvió con urgencias las demandas de los sectores agroexportadores y de la minería, cuyos ingresos son en dólares y se vieron beneficiados por la devaluación. Mientras que el Congreso Nacional aprobó el pago a los fondos buitres. Es hora entonces que el macrismo trate con la misma urgencia temas que afectan a la sociedad como la inflación, Ganancias y el 82% móvil. En campaña Macri decía que eliminaría Ganancias para los trabajadores y ahora que son gobierno más trabajadores ingresaron al tributo”.

Entre los principales puntos de la iniciativa parlamentaria que se destacan en los spot se encuentran la elevación del tope que el presidente Mauricio Macri estableció por decreto en $ 30.000 a $62.300 brutos; la actualización automática para “evitar la discrecionalidad y la utilización política por parte del Ejecutivo en función de sus necesidades fiscales o el calendario electoral”; la posibilidad de deducir el alquiler, los créditos hipotecarios, las cargas familiares, la cobertura médica, los gastos por guardería y prescolaridad; excluir del impuesto las horas extras, los feriados obligatorios y días no laborables, los adicionales por productividad, los viáticos, comida, entre otros; y aumentar las tasas del sector minero y de los juegos de azar para “no desfinanciar al Estado”.