Salarios, condiciones laborales y la llamada "calidad educativa"…
Comienzan las paritarias docentes en diferentes jurisdicciones provinciales y también la paritaria nacional, en el marco de un proceso inflacionario que licua la capacidad de compra de nuestros salarios. Esta situación inflacionaria ya se expresó durante el 2012, cuando el aumento salarial promedio en el país para los docentes fue de un 20% y la inflación real anual fue del 30%.
La necesidad por parte del Estado Nacional y del conjunto de los gobiernos provinciales y el de la Ciudad de Buenos Aires ante la crisis abierta se expresa en el ajuste de los salarios docentes y en los del conjunto de los trabajadores; junto a fuertes aumentos tarifarios de los servicios de consumo popular como la energía, el transporte, peajes; además de la suba de impuestos como el ABL, inmobiliario, a los sellos o ingresos brutos.
Pese a que dicen no tener un “tope” salarial, el Gobierno Nacional anunció que no avalará aumentos que superen el 20 %. Por su parte, los gobiernos provinciales en las paritarias están planteando lo mismo y que incluso querrían que sea un aumento en cuotas durante el año.
Esta política salarial viene acompañada de un discurso que intenta estigmatizar a los docentes que luchan, como si fuésemos los responsables de la crisis educativa y de la caída de la matrícula del sistema de educación pública.
Este “relato” oculta a su vez los crecientes subsidios a la enseñanza privada y la caída o recortes en las asignaciones presupuestarias para la escuela pública en las diversas jurisdicciones. Por otra parte, la propaganda oficial respecto a los "esfuerzos" realizados, queda totalmente desmentida por la realidad que ubica al salario inicial docente en un promedio de $2.900, estando el costo de la canasta familiar por encima de los $7.500.
El abandono creciente, las dificultades de aprendizaje, los altos niveles de repitencia de nuestros niños y jóvenes también hablan de este fracaso rotundo de las políticas educativas llevadas a cabo, tanto por el gobierno nacional como en las provincias y la Capital.
Cuando discutimos salarios, estamos debatiendo un aspecto estructural de toda la política educativa: no podemos superar la crisis educativa, es decir, la creciente deserción, la repitencia, y tampoco la formación docente, poniéndose al margen de las condiciones de vida concretas de los trabajadores de la educación.
El salario docente debe ser medido, tanto por las necesidades materiales y formativas del maestro, como por los tiempos y necesidades educativas de nuestro pueblo. Con salarios que tienden a la baja año tras año, con un sueldo básico en la línea de la indigencia y un “piso salarial” sostenido por el gobierno de los Kirchner que está en la línea de la pobreza, se hace imposible dar respuestas a las urgencias de maestros y alumnos.
En la Ciudad de Bs. Aires, a título de ejemplo, vemos con preocupación que tanto el gobierno, como las representaciones sindicales que son funcionales al macrismo, disociaran -en la primera reunión paritaria del pasado jueves 10- nuestro salario de las condiciones laborales, sin precisar montos concretos de aumento salarial a demandar. Esta política, compartida por el Estado y las burocracias sindicales, tiende a establecer una estrategia para convalidar un aumento miserable.
La lucha por el salario, resulta entonces una lucha central por las condiciones laborales docentes y en defensa de la Escuela Pública.
Por un aumento salarial partiendo de un piso del 30%, en correspondencia con el costo de la Canasta Familiar. Que los aumentos rijan a partir del 1° de enero.
No al aumento en cuotas. Todo aumento al básico. Pase al básico del Incentivo Docente, absorbiendo el estado nacional, los gastos que ello demande.
Derogación del impuesto a las Ganancias en los salarios y eliminación de los topes en las asignaciones familiares.
Aumento del presupuesto educativo y mejora en las condiciones laborales.
Por todo ello demandamos desde la Federación Nacional Docente en la CTA nuestra participación y la participación de todas las organizaciones nacionales de la docencia en la Paritaria Federal próxima a realizar su nuevo encuentro. Garantizando así la libertad y democracia sindical con la participación de todos los sectores.
Esta Federación Docente se declara en alerta y movilización, asumiendo el compromiso de promover y coordinar las mayores acciones de lucha para un “no inicio” de clases y un plan de lucha con las mayores medidas posibles si persiste el ajuste del gobierno nacional y los gobernadores con el que pretenden hacernos pagar la crisis. Llamando al resto de los sindicatos, seccionales docentes y confederaciones a construir esa lucha en la más amplia unidad de acción posible.
La necesidad por parte del Estado Nacional y del conjunto de los gobiernos provinciales y el de la Ciudad de Buenos Aires ante la crisis abierta se expresa en el ajuste de los salarios docentes y en los del conjunto de los trabajadores; junto a fuertes aumentos tarifarios de los servicios de consumo popular como la energía, el transporte, peajes; además de la suba de impuestos como el ABL, inmobiliario, a los sellos o ingresos brutos.
Pese a que dicen no tener un “tope” salarial, el Gobierno Nacional anunció que no avalará aumentos que superen el 20 %. Por su parte, los gobiernos provinciales en las paritarias están planteando lo mismo y que incluso querrían que sea un aumento en cuotas durante el año.
Esta política salarial viene acompañada de un discurso que intenta estigmatizar a los docentes que luchan, como si fuésemos los responsables de la crisis educativa y de la caída de la matrícula del sistema de educación pública.
Este “relato” oculta a su vez los crecientes subsidios a la enseñanza privada y la caída o recortes en las asignaciones presupuestarias para la escuela pública en las diversas jurisdicciones. Por otra parte, la propaganda oficial respecto a los "esfuerzos" realizados, queda totalmente desmentida por la realidad que ubica al salario inicial docente en un promedio de $2.900, estando el costo de la canasta familiar por encima de los $7.500.
El abandono creciente, las dificultades de aprendizaje, los altos niveles de repitencia de nuestros niños y jóvenes también hablan de este fracaso rotundo de las políticas educativas llevadas a cabo, tanto por el gobierno nacional como en las provincias y la Capital.
Cuando discutimos salarios, estamos debatiendo un aspecto estructural de toda la política educativa: no podemos superar la crisis educativa, es decir, la creciente deserción, la repitencia, y tampoco la formación docente, poniéndose al margen de las condiciones de vida concretas de los trabajadores de la educación.
El salario docente debe ser medido, tanto por las necesidades materiales y formativas del maestro, como por los tiempos y necesidades educativas de nuestro pueblo. Con salarios que tienden a la baja año tras año, con un sueldo básico en la línea de la indigencia y un “piso salarial” sostenido por el gobierno de los Kirchner que está en la línea de la pobreza, se hace imposible dar respuestas a las urgencias de maestros y alumnos.
En la Ciudad de Bs. Aires, a título de ejemplo, vemos con preocupación que tanto el gobierno, como las representaciones sindicales que son funcionales al macrismo, disociaran -en la primera reunión paritaria del pasado jueves 10- nuestro salario de las condiciones laborales, sin precisar montos concretos de aumento salarial a demandar. Esta política, compartida por el Estado y las burocracias sindicales, tiende a establecer una estrategia para convalidar un aumento miserable.
La lucha por el salario, resulta entonces una lucha central por las condiciones laborales docentes y en defensa de la Escuela Pública.
Por un aumento salarial partiendo de un piso del 30%, en correspondencia con el costo de la Canasta Familiar. Que los aumentos rijan a partir del 1° de enero.
No al aumento en cuotas. Todo aumento al básico. Pase al básico del Incentivo Docente, absorbiendo el estado nacional, los gastos que ello demande.
Derogación del impuesto a las Ganancias en los salarios y eliminación de los topes en las asignaciones familiares.
Aumento del presupuesto educativo y mejora en las condiciones laborales.
Por todo ello demandamos desde la Federación Nacional Docente en la CTA nuestra participación y la participación de todas las organizaciones nacionales de la docencia en la Paritaria Federal próxima a realizar su nuevo encuentro. Garantizando así la libertad y democracia sindical con la participación de todos los sectores.
Esta Federación Docente se declara en alerta y movilización, asumiendo el compromiso de promover y coordinar las mayores acciones de lucha para un “no inicio” de clases y un plan de lucha con las mayores medidas posibles si persiste el ajuste del gobierno nacional y los gobernadores con el que pretenden hacernos pagar la crisis. Llamando al resto de los sindicatos, seccionales docentes y confederaciones a construir esa lucha en la más amplia unidad de acción posible.
Ademys- C.A.B.A
ADUCA- Catamarca
ATESE- Stgo del Estero
GDA- Formosa
MPL- Misiones
SABER- Corrientes
SITECH- Chaco
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